Con salud... Todas las cosas de la vida se pueden disfrutar. Sabemos que los pilares de nuestra salud física son: La buena alimentación, acompañada de una suplementación de excelente calidad como la que obtenemos con los productos de Usana, hacer ejercicio, un estado de ánimo positivo, capacidad para relajarnos y por qué no, para aquellos que pueden y lo desean, sexo sano también.
En esta ocasión, contemplaremos el aspecto de alimentación, ya que la pirámide nutricional actual nos promueve en la base: Granos y cereales, a veces indicándonos que nuestro consumo diario se encuentre entre el 50 y 55% de los alimentos que tomamos. Luego nos menciona a las frutas y vegetales, las proteínas sin mencionar la calidad de estas, y cuyo consumo aprox. diario se estimaría entre un 20 y un 30% del total de nuestros alimentos, incluye grasas igualmente sin mencionar la calidad de las mismas y además azúcares. RESULTADO: Esta pirámide nos ha demostrado su ineficacia con el aumento de enfermedades degenerativas y el elevado índice de obesidad tanto en adultos, como alarmantemente en niños también, no sólo en México, sino a nivel mundial. Dada la elevación del índice glicémico (la velocidad de entrada de la glucosa a nuestro cuerpo), que no debería encontrarse en una escala de 0 a 100 por encima de 50 puntos, desequilibramos nuestros niveles de insulina y desencadenamos una serie de respuestas de nuestro organismo lidereadas por los radicales libres, que nos exponen día a día a inflamación, a enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, problemas de corazón y otros y por ende al envejecimiento pero con menor calidad de vida.
Y entonces la pregunta es, ¿Qué sugerencia podríamos hacer para modificar la mala calidad de nuestra alimentación actual?
Se sugiere una pirámide que se ha denominado de La Zona. Estar en la zona es encontrarse en un rango de índice glicémico entre 0 y 50 puntos. A través del consumo de alimentos más ricos en antioxidantes y fibra para proteger nuestras células de los radicales libres, la inflamación y alejarnos de las enfermedades, pudiendo tener el control de nuestra insulina, glucosa, triglicéridos y colesterol, considerando como la base de la pirámide a los vegetales y las frutas, siendo ahora estos en conjunto un 50 a un 55% de nuestros alimentos diarios, posteriormente proteínas de alta calidad como: soya, tofu, leguminosas, semillas, pescado, pavo, etc. y luego mencionando a las grasas de preferencia monoinsaturadas como el aceite de oliva, el cártamo, la canola y el de uva y dejando hasta el final una porción de cereales y granos, de preferencia integrales y eliminando por completo las grasas saturadas (mantequilla, manteca, margarina, etc.) y los azúcares refinados (harinas, postres azucarados, refrescos, bebidas endulzadas artificialmente, etc).
Y se pueden preguntar: ¿Qué gusto tendría la vida sin las cosas que nos encantan??? La vitamina T: Tortas, tacos, tamales, tortillas, la vitamina G: gorditas, garnachas, la P: panes, pasteles, etc. Pues les diremos, ¿qué preferirían?... Vivir corto y morir largo, o vivir largo y morir corto. Se trata de la calidad de vida, no de la cantidad de años. Se trata de emprender la búsqueda por el sabor real de los alimentos y el gusto de saborear nuestra vida, sin sufrimiento, o lo más alejados de él. Pues bien han dicho por ahí: La vida es corta y es una, y vivirla bien es nuestro único fin.
En esta ocasión, contemplaremos el aspecto de alimentación, ya que la pirámide nutricional actual nos promueve en la base: Granos y cereales, a veces indicándonos que nuestro consumo diario se encuentre entre el 50 y 55% de los alimentos que tomamos. Luego nos menciona a las frutas y vegetales, las proteínas sin mencionar la calidad de estas, y cuyo consumo aprox. diario se estimaría entre un 20 y un 30% del total de nuestros alimentos, incluye grasas igualmente sin mencionar la calidad de las mismas y además azúcares. RESULTADO: Esta pirámide nos ha demostrado su ineficacia con el aumento de enfermedades degenerativas y el elevado índice de obesidad tanto en adultos, como alarmantemente en niños también, no sólo en México, sino a nivel mundial. Dada la elevación del índice glicémico (la velocidad de entrada de la glucosa a nuestro cuerpo), que no debería encontrarse en una escala de 0 a 100 por encima de 50 puntos, desequilibramos nuestros niveles de insulina y desencadenamos una serie de respuestas de nuestro organismo lidereadas por los radicales libres, que nos exponen día a día a inflamación, a enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, problemas de corazón y otros y por ende al envejecimiento pero con menor calidad de vida.
Y entonces la pregunta es, ¿Qué sugerencia podríamos hacer para modificar la mala calidad de nuestra alimentación actual?
Se sugiere una pirámide que se ha denominado de La Zona. Estar en la zona es encontrarse en un rango de índice glicémico entre 0 y 50 puntos. A través del consumo de alimentos más ricos en antioxidantes y fibra para proteger nuestras células de los radicales libres, la inflamación y alejarnos de las enfermedades, pudiendo tener el control de nuestra insulina, glucosa, triglicéridos y colesterol, considerando como la base de la pirámide a los vegetales y las frutas, siendo ahora estos en conjunto un 50 a un 55% de nuestros alimentos diarios, posteriormente proteínas de alta calidad como: soya, tofu, leguminosas, semillas, pescado, pavo, etc. y luego mencionando a las grasas de preferencia monoinsaturadas como el aceite de oliva, el cártamo, la canola y el de uva y dejando hasta el final una porción de cereales y granos, de preferencia integrales y eliminando por completo las grasas saturadas (mantequilla, manteca, margarina, etc.) y los azúcares refinados (harinas, postres azucarados, refrescos, bebidas endulzadas artificialmente, etc).
Y se pueden preguntar: ¿Qué gusto tendría la vida sin las cosas que nos encantan??? La vitamina T: Tortas, tacos, tamales, tortillas, la vitamina G: gorditas, garnachas, la P: panes, pasteles, etc. Pues les diremos, ¿qué preferirían?... Vivir corto y morir largo, o vivir largo y morir corto. Se trata de la calidad de vida, no de la cantidad de años. Se trata de emprender la búsqueda por el sabor real de los alimentos y el gusto de saborear nuestra vida, sin sufrimiento, o lo más alejados de él. Pues bien han dicho por ahí: La vida es corta y es una, y vivirla bien es nuestro único fin.
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